"El puestecito que cambia" chiste reflexión del profesor Liny Benavides

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Articulo del profesor Liny Benavides

EL PUESTECITO QUE CAMBIA

He tenido varios “amigos” que eran personas súper chéveres antes de desempeñar cualquier puestecito, que por razones políticas, más que por capacidad, ahora ocupan. Pero me sorprendo al observar la (mala conducta) actitud que poseen cuando un ciudadano solicita un servicio.

Aquí se debe de buscar una fórmula para cambiar la costumbre política de llegar a desempeñar una función pública solamente por ponerse una gorra de un partido o por brindarles favores sexuales a un funcionario de mayor categoría, ya que, eso no está permitiendo que se abran espacios para los más honestos y capaces.

Volviendo a lo de los “amigos”, me entristece verle como maltratan a los ciudadanos que tienen la desdicha de acudir a sus imperios (oficinas) a solicitar un servicio, sabiendo o no sabiendo, que solamente son servidores públicos y que sus puestecitos, temprano o tarde, tendrán que cederlo a otras personas.

“Amigos” he aquí un chiste-reflexión. Un funcionario de una institución del Estado, visita una finca y habla con su dueño, un señor bien avanzado en años. Le cube que desea inspeccionar su finca. El anciano le cube que perfectamente, pero que por favor no pase por el terreno que está cercado con las ocho cuerdas.

El servidor público, demostrando su autoridad, le grita: yo tengo la máxima autoridad del gobierno que cabalmente represento, y este CARNET que tú ves aquí me califica para ir DONDE ME DE LA GANA, meterme en cualquier propiedad, sea de quien sea, SIN PREGUNTAS, y tampoco debo dar respuestas. ¿ME HAS ENTENDIDO? El humilde caballero, simplemente se encogió de hombros y siguió con sus quehaceres.

Pasado un rato, el anciano escucha unos gritos y logra ver al funcionario corriendo por su vida, seguido muy de cerca por un toro semental. El toro va ganándole terreno y el tipo, aterrado pide ayuda a todo pulmón.
El anciano de inmediato deja todo lo que estaba haciendo y va hasta la cerca, gritándole a su vez: EL CARNET, EL CARNET. ¡ENSÉÑALE EL CARNET!

Por último, les dejo con la famosa frase: <<Quien no vive para servir, no sirve para vivir>>

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